martes, 9 de julio de 2013

Cómo desmontar los tópicos contra la clase de Religión (III)

Hace unos días me enzarcé en un breve debate online con un periodista de izquierdas, que dirige un modesto digital andaluz. ¿El motivo? Que, en un artículo bastante maniqueo, presentaba la asignatura de Religión de forma falaz, dando a entender que, con la LOMCE, todos habrían de estudiar Religión y que, como ahora su evaluación sí computará para la nota media, da igual que uno no sepa Matemáticas si sabe rezar. Sus argumentos me dieron un motivo más para seguir con esta serie, que ya va por su tercera entrega (las dos primeras, aquí y aquí). Como saben los lectores más fieles a este casi recién estrenado blog, Alfa y Omega sigue teniendo la patente de mis ideas...


¿Maniqueísmo? ¿Dónde?
* Con la LOMCE, Religión será obligatoria.
La LOMCE sólo explicita lo que las anteriores leyes daban por sentado cuando aludían a los Acuerdos Iglesia-Estado: que los centros tendrán que ofertar la enseñanza religiosa, pero los alumnos podrán no elegirla, y que esta asignatura tendrá el mismo tratamiento que el resto, por lo que tendrá alternativa académica y computará para la nota media. Quienes no quieran cursar Religión podrán optar por una alternativa: en Primaria, Valores Sociales y Cívicos, y en Secundaria, Valores Éticos. En Bachillerato, al no tratarse de una etapa educativa obligatoria, los centros no tendrán por qué ofertarla, y si lo hacen, los alumnos podrán elegirla entre otras 16 asignaturas, de las que tendrán que cursar un mínimo de dos y un máximo de tres. Eso sí, la LOMCE explica que los centros, al planificar su oferta, deben tener en cuenta la demanda social y, por tanto, si hay padres de alumnos de Bachillerato que la solicitan, los centros deben ofertarla entre esas 16 asignaturas.

* ¡Y contará como Biología!
La LOMCE otorga a la Religión el carácter evaluable que le corresponde en virtud de los Acuerdos. Sin embargo, la ley divide todas las asignaturas en tres bloques: troncales (obligatorias para todos: Lengua, Matemáticas, Lengua Extranjera, Historia, Biología -para Secundaria- etc.), específicas (un grupo de asignaturas entre las que los alumnos podrán elegir cuáles estudiar y cuales no), y de libre configuración autonómica (específicas cuyos contenidos serán fijados por las Comunidades). Así, Religión y su alternativa entran dentro las específicas, como Educación Física, Educación Artística y Segunda Lengua Extranjera, en Primaria, o Cultura Clásica, Música, Plástica, o Tecnología, en Secundaria. Además, Religión no entrará en las pruebas finales de Secundaria, ni en Selectividad, por lo que no contará para la nota media de esas pruebas, que son el 40% de la nota media en el expediente de cada alumno. Definitivamente no, no es como Biología.

* ¡Y hasta para una beca!
En líneas generales, para otorgar una beca en Bachillerato, o una de acceso a la Universidad, se tendrá en cuenta el nivel de renta de la familia y, tendrán prioridad los alumnos con un expediente más brillante: la nota de las pruebas de nivel (en las que no se incluye Religión) supondrá el 40% del expediente, y la media de todas las asignaturas cursadas en Secundaria -o Bachillerato- supondrá el 60%. En ese sentido, de cara a una beca, Religión (y su alternativa) será una de las materias (entre más de 30, en Secundaria y, al menos, 21 en Bachillerato) que computen para calcular ese 60%.

* ¡La clase de Religión discrimina a los no creyentes!
La enseñanza de la Religión nace del ejercicio de un derecho fundamental, protegido por una Ley Orgánica (la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1980); y los Acuerdos responden a esa importancia al exigir que esa asignatura se imparta «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales». Discriminatoria es la situación actual para los alumnos que la cursan, pues, en contra de lo que establecen los Acuerdos y asumían las leyes socialistas, no tienen  alternativa académica, por lo que los alumnos que no la eligen tienen menos horas de clase y una asignatura menos. Además, quienes sí la estudian no ven compensado su esfuerzo, pues no computa para la nota, y algunas Comunidades consienten y alientan que los centros situen esta materia a primera o a última hora, para que los alumnos que la cursen lleguen una hora antes o se vayan a casa una hora más tarde que sus compañeros.

Seguiremos con, al menos, una entrega más...

José Antonio Méndez


miércoles, 3 de julio de 2013

Cómo desmontar los tópicos (II)

Cómo desmontar los tópicos contra la clase de Religión (II)

Llega el veranito, las vacaciones, el descanso..., pero siguen los mismos tópicos contra la clase de Religión. Así que aquí vamos con la segunda entrega del argumentario, para que sepa usted cómo responder, en pocas líneas, a los tópicos de su cuñado, de su vecina, del director del instituto o del soplagaitas de turno.
Borja Montoro, en HO, dibujó a la perfección al autor de las frases en negrita...

* Los Acuerdos Iglesia-Estado imponen la Religión a todos.
El estatus de la asignatura de Religión viene determinado por la LOLR de 1980, y por los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado español. Sin embargo, los Acuerdos no imponen a nadie estudiar Religión: «Por respeto a la libertad de conciencia, dicha enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los alumnos. Se garantiza, sin embargo, el derecho a recibirla». O sea, que los centros están obligados a ofertarla para garantizar el derecho (recogido en el artículo 27 de la Constitución) de los padres a que sus hijos reciban la enseñanza moral y religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones, pero los alumnos no están obligados a cursarla, pudiendo optar por una asignatura alternativa.

* Da igual: los Acuerdos son una herencia del franquismo...
Estos Acuerdos fueron firmados en 1979 por el cardenal Villot, entonces Secretario de Estado del Vaticano, y por don Marcelino Oreja, ministro del Interior en el Gobierno de UCD, democráticamente elegido aquel mismo año. Dos años antes, en 1977, fueron legalizados el PSOE y el Partido Comunista, y un año antes, en 1978, los españoles votaron la Constitución en referéndum. Por tanto, los Acuerdos son plenamente democráticos. Además, siguen la línea de los firmados en 1976, es decir, un año después de la muerte de Franco y cuando el proceso de Transición ya había sido iniciado.

* ¡Hay que derogar los Acuerdos!
Los Acuerdos con la Santa Sede tienen rango de tratado internacional y para derogarlos habría que ajustarse al Derecho internacional. Esta decisión no puede ser adoptada de forma unilateral por un Gobierno, sino que sería necesario un acuerdo entre las partes, e incluso un arbitraje internacional. En el caso de España, además, sería necesario un mandato explícito de las Cortes, Congreso y Senado, no basta la voluntad del Ejecutivo.

* Con Religión, el PP quiere volver al nacionalcatolicismo.
Desde que hay democracia en España, todas las leyes educativas han sido elaboradas por el PSOE, y todas han remitido a los Acuerdos con la Santa Sede para garantizar la enseñanza de la Religión. Y eso incluye a la LOGSE, de 1990, elaborada cuando el actual Secretario General del PSOE era Secretario de Estado de Educación. Sin ir tan lejos, la LOE, aprobada por los socialistas en 2006, recoge que «la enseñanza de la Religión católica se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español». O sea, lo mismo que explicita la LOMCE de forma más clara. Cosa distinta es que quienes elaboraron esas leyes, después no las cumplieran en este punto.

* Enseñar Religión es anacrónico en la Europa de hoy.
En toda Europa, salvo en Francia, se enseña Religión en la escuela. Así, en Alemania, es obligatoria la enseñanza religiosa (de distintas confesiones), aunque los padres pueden pedir una exención para que sus hijos reciban una alternativa, que varía según los Länder; en Finlandia, es de obligada oferta para los centros, aunque de libre elección en los públicos y obligatoria en los colegios confesionales; y la situación se repite en Reino Unido, Suecia, Austria, Noruega, Holanda, Polonia, Bélgica..., países que, por cierto, obtienen mejores resultados que España en las pruebas PISA.

Ya saben que yo, estas cosas, siempre las publico antes en Alfa y Omega.

Continuará...

José Antonio Méndez