No me gusta la LOMCE. Pero me gusta más que la LOE, o sea, más que la LOGSE (porque estas dos leyes socialistas son el mismo perro, el mismo collar y sólo un plato de pienso más grande). Y no es que me guste más por méritos de la futura nueva ley, sino porque las anteriores legislaciones eran malas hasta decir basta, y resultaba muy, muy, pero que muy difícil hacer una norma peor.
Ahora bien, de la política educativa del PP no sólo no me gusta la reforma, ni la forma de tramitar la reforma, ni la traición a su programa electoral, ni su desnorte pedagógico, ni su falta de mejoras en Infantil y Primaria. También, y sobre todo, lo que más me aterra y más me solivianta de la actividad educativa del Gobierno del Partido Popular y del Ministerio que encabeza el señor Wert es que ha logrado caer en el mismo error con el que la izquierda ha lastrado nuestro sistema de enseñanza, y que ha hecho imposible alcanzar un Pacto de Estado en las próximas décadas.
¿Estará pensando en si es lo mismo "recortes" que "reformas"? |
Para muestra, el último botón: "Wert dice que los repetidores 'encarecen extraordinariamente' la educación", titula hoy El Mundo.
¡No hombre, no! Mire, de repetir se puede hablar mucho, largo y tendido, y hasta de forma acalorada: ¿Es bueno para el alumno? ¿Sirve para mejorar su rendimiento? ¿Beneficia al resto de buenos estudiantes? ¿Sirve para algo la promoción automática? ¿Es lícito dejar pasar de curso con asignaturas suspensas? Caray, es que casi no se agotan los interrogantes sobre este tema. Pues nada. Parece que lo que importa es que los repetidores le salen caros al Estado. Que sí, que es verdad, que le salen caros al Estado. Pero es que criticar eso y al mismo tiempo mantener la promoción automática, y hasta obtener el título de la ESO, con dos asignaturas suspensas es absolutamente delirante. No digamos ya si se intenta conjugar lo antedicho con un discurso de mérito y de búsqueda de la excelencia.
Como ni el ministro ni su Gabinete tienen recorrido en el mundo de la enseñanza, y a causa de su soberbia no se han dejado asesorar bien, hoy, el ministerio de Educación (y la mayoría de las Consejerías de Educación regidas por el PP, como ejemplifica el caso de Lucía Figar en Madrid) mezclan churras con merinas o euros con tizas. ¿Y cómo se ha llegado hasta aquí? Pues me temo que ni siquiera porque la cúpula del PP tenga una visión economicista de la enseñanza, sino, lisa y llanamente, por pura incompetencia, por pura mediocridad.
La foto es de Emilio Naranjo, de EFE. No le conozco, pero está feo robar fotos... |
Pues bien, en las elecciones de noviembre de 2011 que llevaron a Rajoy a Moncloa, Gómez Trinidad, diputado por La Rioja, fue fulminantemente laminado de las listas electorales por disputas y envidias entre los populares riojanos. Y el Gobierno no tuvo a bien rescatar para un cargo en el ministerio a la persona que había defendido y hasta diseñado su estrategia educativa (y el programa electoral en este punto) durante los últimos 8 años. Por, insisto, envidias, mediocridades y pura soberbia. Ahora, el Gobierno paga el pato, y nuestra enseñanza sigue entre estertores.
No espero demasiados cambios en el PP, ni mucho menos en la LOMCE. Pero al menos, señor Wert, no sea torpe: hable usted de educación y no de economía educativa. A lo mejor, así consigue que, en unos años, podamos arreglar de verdad nuestro pútrido sistema de enseñanza.
José Antonio Méndez
PD: Disculpen ustedes por el retraso en retomar el blog después de las vacaciones. Hemos vuelto, para quedarnos...